Nuestra historia arranca en las estribaciones de la cordillera llamada Central, cuna del nacimiento de poderosos ríos, majestuosas cascadas, impetuosos rápidos, frondosos bosques y orgullosos valles. Nuestra historia arranca en la capital de la provincia Monseñor Nouel, creada muy recientemente (1982) ante la evidencia de sus fuertes y peculiares características distintivas. ¡Carnaval de Bonao! Se dice que las principales ciudades de la República
Dominicana que presentan unos carnavales más vistosos son, por orden alfabético:
Azúa, Bonao, Cabral, Cotuí, La Joya, La Vega, Montecristi, Puerto plata,
Salcedo, San Cristóbal, San Juan, San Pedro de Macorís, Santiago de los
Caballeros y Santo Domingo.
Cada una de estas ciudades tiene su propia significación;
aunque, sin embargo, el carnaval de Bonao tal vez represente la mayor de las luchas por
conseguir su propia identidad.
Bonao: ciudad situada
prácticamente en el centro del país, estuvo durante mucho tiempo adscrita a la
comarca y ciudad de La Vega; por lo que siempre ha tenido una fuerte influencia
de dicha población. Su carnaval no era, lógicamente, ajeno a esta realidad.
No obstante lo anterior, desde el año 1990 se cuestionó tal
influencia por lo que se determinó intentar apartarse del carnaval vegano y
conseguir una personalidad propia; una personalidad que reflejara los aspectos
distintivos de esta comunidad; una personalidad que diera un mayor resplandor a
tan significadas fechas.
Cada año, suele dedicarse a un motivo o a un personaje
relevante. Este año de 2012, el carnaval estuvo dedicado al maestro Cándido
Bidó, pintor destacado y reconocido filántropo. Aquí, en la Plaza de la
Cultura, en el museo fundado por él, se pueden admirar pinturas de grandes
artistas dominicanos como puedan ser, entre otros, Guillo Pérez, Elsa Núñez o
Alonso Cuevas.
...Pero antes de entrar de lleno en la alegría, alborozo y diversión de comparsas, figurantes y público entregado, conozcamos algo de la ciudad de Bonao y de su historia emparejada con el resto de la nación dominicana. Veamos: Si comenzamos por los aspectos culturales, decir que a mediados de los años ochenta un artista de estas tierras y nacido en esta ciudad -el maestro Bidó- fue el primer pintor
dominicano en exponer sus obras en Francia, siendo también condecorado por el
gobierno galo con la muy noble insignia de Caballero de la Orden de
Las Artes y Las Letras. Tanto Francia como Italia, Alemania y Reino Unido de la Gran Bretaña
(Paris, Venecia, Bonn, Londres) entre otras naciones europeas, tuvieron el
honor de exponer sus obras.
Como decíamos, en la Plaza de la Cultura de Bonao se
encuentra el emplazamiento del citado museo. Dicha plaza se empezó a construir
en el año 1987 y presenta el magnífico aspecto parcial que se puede observar en
esta fotografía de carácter netamente onírico como corresponde a la impresión
que se adquiere en este inusual lugar.
Bonao, sin duda, nos dejará
sorprendidos.
Sevilla (España), siete de diciembre de mil quinientos ocho:
Los Reyes Católicos, en ceremonia de gran boato, concedieron escudo de armas a
la isla “La Hispaniola” y, al mismo tiempo, a otras quince villas existentes en la
época… Así, fueron concedidos escudos a Villa de Santo Domingo, Villa de La
Concepción, Villa de Santiago, Villa de Bonao, Villa de Buenaventura, Villa de
Puerto Plata, Villa de San Juan, Villa de Compostela, Villa de Villanueva de
Aquino, Villa de Vera Paz, Villa de Gibraleón, Villa de Santa Cruz, Villa de
Salvatierra, Villa de Puerto Real, Villa de Lares de Guayana
Aunque en el año 2008 se propuso la denominación de “Villa
Blasonada de Bonao” –denominación preciosa, en opinión del autor- se impuso la
de “Municipio de Bonao”.
Debemos tener en cuenta que Bonao fue una de las primeras
ciudades en tener blasón en todas las Américas.
Y no solamente lo reseñado en la fotografía anterior… También
resaltar, para orgullo de los bonaenses, que de todas las ciudades citadas, la
que ostenta la mayor antigüedad en su fundación es Bonao (1494), seguida del resto de las villas: La Concepción -La Vega- (1495), Santo Domingo (1496),
Puerto Plata (1499) y con respecto a todas las demás mencionadas, éstas fueron fundadas ya a partir
del 1500.
En esta fotografía podemos apreciar una bonita vista del
magnífico templete situado en la plaza llamada Parque Duarte, entre las calles
Mella, Duarte, Independencia y 16 de agosto.
En la Plaza de la Cultura, además del museo que ya hemos
citado, se encuentra la iglesia de San Antonio de Padua (patrón de Bonao)
siendo una de las primeras iglesias en ser levantadas en el Nuevo Mundo. Con el
transcurrir de los tiempos, tras sucesivas reformas, se ha convertido en una
moderna edificación de hormigón macizo cuya fachada evoca un libro abierto. Es
en esa misma fachada en donde podemos observar una interesante puerta (también
las hay en los laterales) tallada en madera de bella factura por los artistas
Franklin Núñez y Benito Cuevas.
La hoja de la derecha contiene diversos pasajes
de la Virgen y la hoja de la izquierda representa varios momentos de la vida y
obras de San Antonio de Padua.
La iglesia de Nuestra Señora de Fátima se encuentra situada
en la calle Eugenio María de Hostos, al lado del hospital Pedro E. de Marchena,
y las calles Rp. 30 de Mayo y la Avenida Pedro A. Columna. Su sobria portada
conjuga una serie de volúmenes que imprimen la sensación de estar ascendiendo
una parte del templo a los cielos separándose, verticalmente, de los muros que
los contienen.
Nueve de febrero de 1822: las tropas del general Jean-Pierre
Boyer, que fue llamado “Unificador de Santo Domingo”, tras unir el Haití norte y sur (separados en aquellos momentos por luchas intestinas), inicia la
invasión de lo que entonces se llamaba “Estado Independiente del Haití Español”
(Actual República Dominicana). En pocas fechas, toda la isla estaba bajo el
dominio haitiano. Esta ocupación se mantuvo hasta el 27 de febrero de 1844.
¿Qué ocurrió hasta entonces?...
El 16 de julio de 1838, Juan Pablo Duarte (hijo
de Juan José Duarte –español- y Manuela Díez –dominicana, de El Seybo, actual
El Seibo-) y ocho amigos fundaron en la ciudad de Santo Domingo una sociedad
secreta llamada “La Trinitaria”; siendo su finalidad terminar con la invasión
haitiana. En efecto, en la mencionada fecha del 27 de febrero, Juan Pablo
Duarte (en la imagen) lideró la insurrección acompañado por la decidida labor
durante varios años de Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella como
componentes principales (además de Manuel Jiménez, Celestino Duarte y José
Joaquín Puello, entre otros) logrando la gloriosa independencia de lo que pasó
a llamarse Estado Dominicano y posteriormente República Dominicana.
¡Gloria y honor a los
libertadores!
El terrateniente y caudillo Pedro Santana, en el año 1861,
preocupado por la posibilidad de otra invasión haitiana y ante las graves
dificultades económicas por las que atravesaba el país, solicita formalmente al
gobierno español anexionar la República Dominicana como un protectorado y provincia
de España. Desde el mencionado año hasta 1865, España, a petición de Santana,
ejerce dicha protección nombrando a Pedro Santana y Familia “Marqués de las
Carreras”.
Por este motivo Gregorio Luperón (apellidado Duperón y
castellanizado posteriormente) se rebela contra la decisión y establecimiento
anexionista comenzando una lucha por la liberación al grito de “Unión, independencia,
libertad o muerte”. Fue tras el llamado Grito de Capotillo cuando Luperón, en
el año 1863 alcanza la jefatura de un Cantón siendo, al poco, proclamado
general. En un par de años, Luperón formó parte del gobierno llamado “el
Triunvirato” formado por los generales Pedro A. Pimentel, Gregorio Luperón y
Federico de Jesús García.
Está considerado, junto a Juan Pablo Duarte, el máximo
apóstol de la fe patriótica dominicana.
En la imagen, la expresión de su recuerdo en una calle de
Bonao.
Bonao se encuentra situado en un valle flanqueado por los
poderosos contrafuertes de una Cordillera Central que aspira en su término
provincial a los 2.000 metros de altitud y por las estribaciones de la cordillera
llamada Septentrional, de elevaciones más modestas.
Sus grandiosos paisajes
hacen de esta provincia una de las más atractivas para el ecoturismo.
Presidente es una de las más conocidas marcas de cerveza de
la República Dominicana. Ya desde hace algunos años, esta empresa viene
patrocinando el carnaval dominicano en sus distintas manifestaciones. En esta celebración
(2012) el recorrido en Bonao vuelve a la tradicional avenida Duarte de la cual
se encontraba ausente desde algún tiempo atrás.
En la imagen, uno de los llamativos carteles anunciadores en la citada
avenida.
Todos los años se establece una cerveza oficial de los
carnavales así como un refresco oficial y un ron, también oficial, de dicha
celebración, entre otros.
Brugal tiene una dilatada trayectoria desde 1888. En efecto,
en la segunda mitad del siglo XIX, un
inmigrante español (Andrés Brugal) se trasladó a Puerto Plata y fundó la
llamada Brugal & Compañía arrancando una de las más respetadas industrias
dominicanas. En la actualidad tienen una fábrica en Puerto Plata y dos en San
Pedro de Macorís.
En
cuanto a Los Bellacos, éstos son un importante grupo carnavalesco de la ciudad
de Bonao que, como dicen ellos mismos: “todos los domingos de febrero de cada
año, salimos de nuestra cueva”.
Los días soleados no suelen escasear en la República
Dominicana por lo que es más que conveniente cubrirse con algún sombrero que
nos preserve de los rigores de su potente sol.
En la imagen podemos apreciar una colección de ellos,
puestos a la venta en el parque Duarte.
El grupo carnavalesco Los Malos “…que tiene a to’ el
mundo asutao” presenta una impactante imagen de identidad. En este caso se
alinea con el patrocinador grupo de tiendas llamadas “Feria Familiar”.
Presidente es la primera marca de cerveza dominicana
que promueve el formato de plástico y lo ha hecho nuevamente con una edición
especial con motivo del carnaval. La botella, en formato de 16 onzas, viene
vestida con un atractivo diseño propio de estas fechas de diversión y
esparcimiento.
En la avenida Duarte, a la altura del parque homónimo,
empiezan los preparativos, los primeros figurantes que acuden en busca de sus
comparsas, los primeros curiosos… La tribuna “bi-ai-pi” (VIP) se encuentra
todavía casi desierta.
Aún es temprano.
La Policía Nacional comenta las últimas instrucciones para
hacer que este año sea también un año sin incidentes dignos de mención; pues no
en vano se comenta por la megafonía que el carnaval de Bonao es de los más
seguros del país.
Cuenta con la presencia de la Policía Nacional, Bomberos, Cruz
Roja, Defensa Civil, Policía Municipal y la Autoridad Metropolitana del
Transporte (AMET).
Poco a poco, el bullicio comienza a llenar las calles. Los
participantes, en su mayoría ya disfrazados, se van preparando para el desfile
aunque todavía falte tiempo para ello.
Es digno de resaltar el gran esfuerzo que deben poner
aquellos que forman las comparsas, pues en muchos casos los propios disfraces
son auténticas estufas que abrasan en el calor caribeño a quienes lo llevan.
Es frecuente que los “macaraos” (enmascarados) porten
una cinta, cuerda o mango en cuyo extremo se sitúa una bola esponjosa,
relativamente dura, con la que “atizan” a todo aquel que se ponga a su alcance.
El algunas ocasiones, se rellena con un material más consistente que suele
“castigar un poco más” al que recibe el golpe. Para evitar estas “desviaciones”
algunos policías se encargan de supervisar su dureza.
La tradición de las carnestolendas (del
latín caro, carnis, carne, y tollendus, de tollĕre, quitar, retirar) se introdujo en la isla con la
llegada de los españoles. Ya se tienen noticias documentadas de estas fiestas
en la ciudad de Santo Domingo allá por los lejanos tiempos del 1520 e, incluso,
los historiadores llegan a asegurar que el carnaval de La Vega tiene
referencias desde 1510, año en el cual hubo una recreación de las
fiestas de moros y cristianos, impulsada por el clérigo Álvaro de Castro. Por
aquel entonces, su finalización tenía lugar el día anterior al Miércoles de
Ceniza aunque en la actualidad se prolonga algunos días más en La Hispaniola.
…Los pasos se van acelerando para encontrar el lugar exacto
en el cual deben situarse los participantes para comenzar el tan esperado
desfile.
Las caracterizaciones son nota recurrente y necesaria en
estas fiestas. Así, por ejemplo, el búho no podía estar ausente entre toda esta
variada representación. Ave relacionada con la intuición y la sabiduría, se
dice que el hecho de tener un encuentro casual con él, implica buena suerte en
todos los sentidos; pero especialmente en el sentido económico.
¡Tendremos que buscar búhos por donde sea!
Extraordinaria toma fotográfica de un grupo de niñas
disfrazadas de vacas. Como todavía falta un rato para que comience el desfile,
muchas de las participantes están con la mirada perdida en espera de ese momento soñado en
tantas ocasiones. El semblante de paciencia, ilusión, calma… se desprende de
ellas de una forma natural y casi mística.
Enhorabuena y gracias a todas las que aparecen en la imagen
por “haber posado” tan magníficamente.
Nos comentó alguno de los allí presentes que esta persona
era la primera vez que participaba en el evento. Puede que sea así, pero
también hemos de aclarar que muchos “particulares” aprovechan los momentos
previos para hacer su especial desfile ante la vista de un público que, poco a
poco, se va congregando en tribunas, aceras, balcones, azoteas y parterres.
Los turistas, venidos de todos los continentes, van haciendo
acto de presencia con una afluencia cada vez mayor. En esta interesante toma y
composición, las miradas –como en la fotografía de las niñas- son el alma y la
esencia de la imagen.
Un carnaval lleno de colorido, excelente ambiente, música,
seguridad, y sobre todo –o en medio de todo- la complicidad de cada uno los
presentes con los personajes por allí hallados.
Por supuesto, algunos de los patrocinadores tienen “su
propia comparsa” y ésta hace acto de presencia sobre todo antes de comenzar el
desfile para lo cual se aprovecha el momento y así “esparcir” la
correspondiente propaganda…
…Como la que reparte esta “exuberante” señorita que, por
cierto, iba acompañada por varios guardaespaldas de musculoso aspecto.
Como parece lógico pensar, los medios de comunicación
(prensa, televisión, radio…) están presentes para retransmitir y mostrar a toda
la nación y al mundo la riqueza de este carnaval que, sin duda, ha conseguido
un puesto de honor entre los carnavales dominicanos.
Decíamos que los particulares también tienen su momento de
desfile en el rato previo a la puesta en marcha de las comparsas. En este
caso vemos de espaldas –en una posterior fotografía posó de frente para nosotros-
un inquietante, y para muchos niños terrorífico, demonio.
El demonio, con su aire serio, casi amenazador y
provocativo, tiene sin embargo un significado que simboliza ese espíritu
transgresor, alegre y prohibido que estas fiestas representan.
La participación de “espontáneos” es recurrente. Unos con
una sombrilla –ver más arriba-, otros con demoníacas representaciones y otros
–como el que aparece en la imagen- con un burrito de simpático y aterciopelado
aspecto que hacía las delicias del público y sacaba de quicio a los
organizadores del espectáculo por encontrarse siempre en donde menos se lo
esperaban.
Simpática figura, sin duda.
Ni que decir tiene que antes de comenzar el desfile de todas
y cada una de las comparsas, los amigos, el público, los familiares, aprovechan
para sacar una instantánea que inmortalice el momento.
En la imagen podemos ver un típico disfraz tradicional de la
figura de “Roba la Gallina”.
Los padres aprovechan la ocasión para que su tierna infante
pose, a ser posible, con el más horrendo de los macaraos que por allí se encuentre; y ello, aun a pesar de las expresivas protestas de algún
que otro niño que mira horrorizado cómo sus progenitores le ponen en brazos de un
monstruo que puede ser capaz de las más abyectas y despiadadas acciones… (En la
mentalidad del chavalín, claro).
El público va llenando el recorrido. Numerosas personas se
pasean para ver de cerca las caracterizaciones, otros se siguen haciendo las
fotos con los personajes en cuestión, los fotógrafos adoptan las más extrañas
posturas para hacer alguna que otra toma “impactante” y los camarógrafos
persiguen a todo aquel que presente alguna característica de singular factura.
El bullicio comienza a hacerse notar.
Enormes dientes, fiero aspecto, aguileñas narices, grandes
cuernos en muchos casos, ojos inyectados en sangre…
…Plumas por doquier, vistosos y llamativos colores, fantasía
desbordada… Son algunas de las características de estos entrañables disfraces.
De entre el público que estaba a nuestro lado, tuvimos la
suerte de entablar conversación con alguien que decía estar muy al tanto de las
características de muchos de los personajes que iban a desfilar. Así, con
respecto a estos seres azules de la imagen, nos aseguró que eran “Diablos
Cojuelos” con un disfraz formado por fundas de colmado y de “súper”.
En este sentido, queremos aclarar –para los que no sean de
la República Dominicana- que una funda es una bolsa de plástico y que un
colmado es un establecimiento de barrio, sumamente singular, en donde se venden
alimentos, bebidas y una pequeña muestra de otros objetos, además de servir de
lugar de encuentro social. Para entendernos, vendría a ser algo parecido a las
antiguas tiendas de ultramarinos de España pero con el añadido de lugar de
encuentro –dentro o en la acera- de los vecinos del barrio. Así, son muy frecuentes las partidas de
“dómino” (dominó) en estos lugares.
Los vendedores de globos (aquí llamados vejigas) y los de gafas,
helados, refrescos, jugos, caretas y una multitud de objetos casi inimaginables
se dan cita a lo largo del recorrido.
Todo es bullicio, sana alegría e impaciencia por descubrir
las novedades de este año.
La transgresión y la sana crítica son ejercidas en todo
carnaval que se precie. En cualquier momento convivirán los aspectos sociales que resulten
destacables en el imaginario colectivo.
La
iglesia y sus representantes no quedan fuera de ello.
Ya comienzan a oírse por la megafonía las últimas
instrucciones para el comienzo del desfile. Todos los figurantes se apresuran
para encontrar su lugar. La expectación es máxima.
Debemos destacar que siempre suele haber alguna persona que
se implica de tal manera en el proceso carnavalesco que su nombre resuena por
méritos propios en ésta o en otras ciudades. Por ello, en la
actualidad de Bonao, es famoso el creador de personajes Piro Antonio Espinal (llamado cariñosamente “Pirito”)
por su dedicación a este evento.
“Pirito” –aunque tiene cincuenta años ya- trabaja en USA y
se desplaza todos los años para componer sus carrozas y dar forma a sus muy queridos
personajes.
Lamentablemente, hemos podido averiguar que en alguna ocasión
(conocemos el caso del 2010 en el Malecón de Santo Domingo) se le ha prohibido
participar con alguna o algunas de sus carrozas en el desfile final capitaleño por problemas… ¿de censura?
Recordemos que el carnaval es una manifestación del pueblo y ese pueblo tiene
todo el derecho a criticar satíricamente toda la realidad nacional en sus
múltiples vertientes. Ése es el espíritu
del carnaval. Si se cercena, no quedará nada de él.
¡Y ya lo anuncian por megafonía! ¡El desfile acaba de
comenzar! Todos preparan sus cámaras y se disponen a disfrutar de la desbordada
imaginación de sus creadores. Los colores son vivos, llamativos, exultantes.
Los “macaraos”, al son de música y baile, inician su andadura; una andadura con
la cual han estado ilusionados desde hace mucho tiempo; un recorrido que es
como la vida misma… La famosa cantante Celia Cruz dice en su canción “La vida
es un carnaval”…
“Ay, no ha que llorar, que la vida es un carnaval,
es más bello vivir cantando.
Oh, oh, oh. Ay, no hay que llorar,
que la vida es un carnaval
y las penas se van cantando.”
Seguidos por una fantasiosa máscara del león, los tambores
preceden con su abierto sonido de compás alegre y bullanguero. Alguien nos
comenta que el tambor grande recibe el nombre de “drum” y los pequeños son
denominados redoblantes. También podemos ver en la foto alguna trompeta con su
metálico sonido.
Música, baile, gozadera…
Preciosa imagen de enmascarados con aspecto de guacamayos y en
concreto, al parecer, de la variedad “Gran Guacamayo Verde”.
Presentado como un dragón, más bien parece una de esas
iguanas que son autóctonas de esta isla. En cualquier caso, vemos cómo ese llamado
dragón se traga aparentemente a todo un país, en tanto que va arropado por las
banderas italiana, estadounidense, francesa y alemana.
En esta ocasión se presentaron como “Los monstruos del pantano”
aunque en la capital suelen llamarse “Los hombres de barro”.
Normalmente se
untan con caliche mojado y su espectacularidad está asegurada.
Hay personajes más populares y otros son algo menos
populares de tal manera que a pesar de sus vistosas figuras, resultan
desatendidos por la mayoría allí concurrente.
Bueno, al menos sí nos pareció
interesante a nosotros y mereció nuestra sincera atención.
Alguien de los presentes nos informó que este personaje es
un “califé” no tradicional pues va vestido con colores llamativos en contra de
lo que suele ser habitual en este personaje: frac negro, camisa blanca y un
gran sombrero negro. Sin embargo, tras rastrear a esta interesante figura,
dudamos seriamente que lo sea. No obstante, pudiera, tal vez, tratarse de un
califé “evolucionado” y muy moderno. No lo descartamos.
Posteriormente, otro de los asistentes, ante nuestro comentario en cuanto a las dudas suscitadas, nos informó que éste es el llamado "Califé del dinero" y que se le reconoce por sus colores dorados. Dado que es un dato no contrastado, ahí lo dejamos como tal.
Llamado “El hombre serpiente” (o, en otros casos, denominado "El hombre medusa"), este personaje iba en
consonancia con más figurantes que portaban verdaderas serpientes de fiero aspecto mas de inofensivo
comportamiento. Algunas personas del público asistente se ponían, a modo de
bufanda, estos reptiles.
La Medusa mitológica puede ser admirada en múltiples representaciones artísticas como, por ejemplo, las de Bernini, Caravaggio, Cellini o la sobrecogedora e impresionante obra de Rubens "Cabeza de Medusa"... en la cual, como tema recurrente, las serpientes coronan su cabeza. Esquilo, en su "Prometeo liberado", nos dice:
“No lejos, las alígeras hermanas
con sierpes por cabellos; las Gorgonas
enemigas del hombre, que no puede
su vista resistir, sin que se apague
el aliento vital”.
...Pero el carnaval está aquí para desdramatizar los textos y dar una lección a aquellos a los que van dirigidas sus certeras críticas.
Durante el desfile, durante las paradas, el público se
mezcla con los que componen las comparsas. El intercambio de simpatías es
constante y todo se desarrolla en un ambiente pletórico de alegría y saber
estar.
Normalmente, dos semanas después del último desfile de carnaval de Bonao,
se organiza en esta misma ciudad el cierre “oficial” de dicha celebración con
una magna representación carnavalesca que agrupa a ciudades tan importantes
como Barahona, Montecristi, Puerto Plata, Azua, Baní, San Luis, Navarrete,
Jarabacoa, San Cristóbal, Villa Altagracia, San Francisco de Macorís, Fantino,
Pimentel, Maimón, Sonado… Además, también hacen acto de presencia La Vega,
Santiago, Cotuí, Santo Domingo Norte y Santo Domingo Oeste, entre otras.
En la imagen, uno de los vehículos participantes en el
desfile horas antes de empezar.
Se trata de una camioneta Chevrolet (“pick up”)
que, por su aspecto, podríamos asegurar que data de los años cincuenta y, más
concretamente, que sea un modelo del año 1953. Esta "reliquia viviente" podía alcanzar la
velocidad máxima de 138 kilómetros por hora (85,7 millas por hora –Para la
notación dominicana: 85.7 millas por hora-)
¡Magnífico ejemplar!
En este lugar de la ciudad blasonada de Bonao se habilitó la
facilidad de poder dar alimentos gratuitamente a todas las comparsas invitadas
para el gran desfile final. Este local, como se puede ver en la imagen,
pertenece al Sindicato Unido de Trabajadores de la Falconbridge dominicana que
es una empresa multinacional de capital canadiense que se dedica a la
extracción de minerales para su exportación. El grueso de su actividad es la
explotación de níquel en un importante yacimiento ubicado en esta misma
provincia de Monseñor Nouel.
Es temprano, muy temprano. Los participantes van llegando y
se aprestan a dejar todos sus disfraces en aquellos lugares que mejor
encuentran: aceras, bordillos, muretes… Las máscaras se caracterizan, en muchas
ocasiones, por semblantes de fiero aspecto con grandes colmillos, vistosos
colores, ojos casi amenazadores…
Recreaciones en la historia… Roma y su mundo de fábula e
imaginación no podían faltar como fuente de inspiración… e, incluso, se puede
observar una especie de mascarón de proa" con bella faz que otea en lontananza.
La espera, los preparativos, lo momentos de asueto e
inquietud… Una sonrisa con múltiples significados, una mirada fugaz, un
comentario al paso… Son éstos, los momentos previos, los que atesoran la más
intensa gama de contrastes e insinuaciones. Mientras, una careta de dragón
parece inquietarse ante tan larga tregua…
Los dragones, seres de variado
significado, eran para los germanos un símbolo de las fuerzas de inframundo;
mientras que para los celtas constituía una de las divinidades de los bosques y
cuya fuerza podía ser controlada por los magos; en tanto que los romanos
consideraban al dragón como un símbolo de sabiduría y poder o, por no citar más
ejemplos, para los cristianos (ver el Apocalipsis del apóstol San Juan)
constituía el símbolo del pecado.
Comentábamos, algunas fotografías más arriba, que se utiliza
cualquier superficie que admitan la reflexión, la espera y el descanso previos al gran desfile… Así, en este murete,
se han colocado “en orden de marcha” toda una serie de caretas que propician
una bellísima imagen que, a no ser en este paréntesis, no podríamos admirar. Sí,
es cierto que el desfile es espectacular, brillante, llamativo; pero no es
menos cierto que estas imágenes –imposibles de obtener en otros instantes- son
un tesoro visual.
Por supuesto, los disfraces adquieren vida por el hecho de
estar animando al que los porta y da sentido; sin embargo, cuando todavía no
están enfundados, cuando todavía sus cabezas descansan fuera de sus cuerpos,
cuando aún están observando por sí mismos y no por los demás, es cuando
adquieren su propia personalidad y hasta parecen reírse de lo que observan.
Decíamos que las comparsas del último día del carnaval de
Bonao provienen de muy diferentes partes del país. Aquí, en esta fotografía
tomada en la distracción de los preparativos, tomada en los instantes
inmediatos de la llegada del autocar, tomada en la tensión de los últimos
retoques, vemos a una de ellas: la agrupación “Margarita” que, en esta ocasión,
su comparsa toma el nombre de “Por amor al carnaval”. Sus prendas están
adornadas con lentejuelas y lágrimas plásticas teniendo, también, unas
piececillas denominadas “mostacillas” que toman una forma redondeada en su
pequeño cuerpo de cristal.
Su procedencia se remonta a los barrios populares de Santo
Domingo Norte (Por cierto, del mismo
lugar en el cual se desarrollan los dramáticos y verdaderos acontecimientos que
se relatan en “Hasta que los cheles nos separen”)
Hay que maquillarse para dar verosimilitud a la
transmutación de su personalidad, de su imagen, de su realidad. Ya lo cotidiano
va quedando atrás; ya sentimos que no somos nosotros mismos y que nuestro
personaje se va metiendo en nuestro cuerpo en una invasión que sólo durará unas
cuantas horas, pero cuya gestación lleva muchos años produciéndose.
¡Magnífico! Poco a poco, la nueva personalidad ha ido
cobrando vida. Nos hemos trasladado a muchos kilómetros de distancia; nos hemos
trasladado a la legendaria China; a la China de las geishas y de los samuráis;
a la China de milenarias civilizaciones que ahora renacen para nuestro asombro;
a la China de la grandiosa muralla... ¡Buen trabajo de caracterización!
Queremos, antes de continuar en esta agradable labor,
agradecer la excelente disposición de todos los participantes en este carnaval
los cuales siempre se prestaron de buena gana a dejarse fotografiar e, incluso,
en muchos casos, ellos mismos nos llamaban o venían a nuestro encuentro para
componer ante la cámara lo mejor de sus poses.
Gracias a todos (y, como se dice por estos tiempos, a todas).
Gracias de corazón.
Por supuesto, deseamos que se sientan satisfechos con las
imágenes captadas. Su satisfacción será nuestra recompensa.
Siempre resulta interesante observar cómo se van preparando
y cuáles son las peculiaridades de esas minuciosas preparaciones. Aquí, en esta
fotografía, un llamado “Lechón” –figura típica de Santiago de los Caballeros-
se va enrollando en la gruesa maroma que rodeará por completo su cintura. El
método es sencillo: si tiene algún compañero cerca, éste sujetará con fuerza la
cuerda hasta que sea enrollada totalmente; pero si fuera el caso de que no
pudiera ayudarle nadie (cuya situación se da en esta fotografía), el sistema
consiste en atar un extremo a los hierros de una ventana (para los foráneos,
rejas) e ir girando poco a poco hasta que esté completamente “enroscada” en su
adecuado lugar.
El calor aprieta. Aunque estemos en la primera quincena de
marzo, en estas tierras el calor no descansa. Siempre hace calor, bastante
calor. Hay que hidratarse continuamente y, qué duda cabe, tienen que ayudarse
unos a otros pues la ampulosidad y complejidad de los trajes así lo hacen
necesario.
Estamos, no lo olvidemos, en la República Dominicana. En
estas tierras todo es diferente y exótico, todo es una continua sorpresa para
el forastero y los detalles “asombrosos” –para mentalidades de Europa o América
del Norte- abundan. Por ejemplo, sin ir más lejos, vemos un curiosísimo
vehículo de grandes bocinas que refrigera mejor su motor gracias a una botella
de cerveza.
Bellísima
e interesante "imagen-documento", sin duda.
Este Mercedes antiguo
destacaba entre todos los demás “carros”. (Por “aquestas terras”, llaman carro a
los automóviles tipo turismo). Podríamos asegurar, tras una atenta observación,
que se trate de un modelo construido en los años veinte o treinta.
Su destino era participar en el desfile conjuntamente con
otras reliquias mecánicas como el ya mostrado Chevrolet.
Sin duda, el carnaval
de Bonao tiene esa personalidad propia tan buscada por sus organizadores.
La expectación es máxima. Se abren pasillos en el recorrido
del fastuoso Mercedes. El hombre, de Bonao, luce orgullosamente tan magnífica
máquina. Los vivos colores son la nota dominante en derredor. Todo es
nerviosismo, inquietud e ilusión por la ya cercana hora del evento.
No obstante, con ser de gran vistosidad el desfile en sí
mismo considerado, el autor de este reportaje entiende que es mucho más
interesante asistir a los preparativos por lo que tienen de “secretismo” y de
irrepetibles instantes de espontaneidad.
El vehículo en cuestión despertaba la curiosidad de todos,
por lo que muchos eran los que querían posar ante o en él. Los azules se
conjugan perfectamente con ese cielo grisáceo que amenazaba lluvia pero que se
hizo cargo de la situación y, apiadándose oportunamente, desvió sus lluvias hacia otros lugares para mayor
lucimiento de tan magnífico espectáculo.
Estos participantes, con sus llamativos disfraces de un
rojo vivo y provocativo, posaron también ante el histórico Mercedes.
Debemos
saber que un vehículo se considera histórico cuando tiene más de veinticinco
años de antigüedad. En este caso, dado que le calculamos unos ochenta años,
está más que acreditada su “aristocracia histórica”.
Por supuesto, y para mitigar los rigores del inevitable
calor, también forman parte inseparable del carnaval los vendedores ambulantes
de zumos que, como en esta imagen, deleitan y refrescan con sus naranjas recién
exprimidas.
No cabe ninguna duda de que sin ellos esta magnífica fiesta no luciría igual. Diríamos que son imprescindibles.
Son los instantes previos. Todos están dando los últimos
toques y los que ya están preparados aprovechan para dar rienda suelta a sus
bailes y a sus alegrías.
En esta toma podemos ver a algunos integrantes de la
comparsa “Alí Babá” encargados del acompañamiento musical.
Así, de izquierda a
derecha podemos encontrar los siguientes instrumentos: un redoblante, un drum, una
tambora, otros dos redoblantes, otro drum y una trompeta en “situación de
descanso”.
En una de las comparsas se observa un relativo “desmadre” en
los ensayos. Por ello, el coordinador acude presuroso y aconseja las oportunas
directrices. Según nos informaron los siempre atentos espectadores, al parecer es una comparsa del grupo "Alí Babá".
Ciertamente, las bailarinas estaban un poco… “de relajo”.
Los últimos retoques, como decimos, son necesarios y todos
se afanan en conseguir la más perfecta de las imágenes.
Algunos disfraces son espectaculares en el sentido de su
complejidad y riqueza de ornato.
…Como, por ejemplo, el disfraz que aparece en la imagen que,
por cierto, ha resultado “impactante” por el contraste de tonos y por el
contraste de la figura de la autoridad ante el participante en el desfile. No
sabemos lo que estarían tratando en esos momentos, pero no cabe ninguna duda de
que el documento es singular y, como muchas veces ocurre en esta espera previa, absolutamente original e irrepetible.
Como ya viene siendo habitual cuando estamos trabajando en
estos reportajes, alguien se suele acercar y nos viene a ilustrar sobre estos o
aquellos aspectos… Por ejemplo, se nos informó que aquí estábamos ante un
“diablo-samurái”. Bueno, pues ahí queda el dato.
Rosas, púrpuras, azules, oros... Seguimos insistiendo en la espectacularidad de muchos de los
disfraces con los que son regalados nuestros sentidos. Desde luego, al estar
todavía en los preparativos, son muchos los que aprovechan para hacerse los
correspondientes recuerdos “inmortales”.
“¡Un momento!; ¡un momento! ¡Muchachos, venid y poneros las máscaras! ¡Vamos, vamos! ¡A formar, a formar!...”
Y así,
con la espontaneidad de lo inmediato, de lo no ensayado, de la premura del momento, estas
dos jovencitas y estos cuatro jovencitos –pues de niñas y niños se trataba- se
pusieron, deprisa y corriendo, las máscaras haciendo caso a las órdenes del
coordinador de la comparsa que, al ver que nosotros pretendíamos hacer una
fotografía, no dudó en llamarlos y formarlos en semicírculo para, así, obtener
una mejor instantánea. Desde estas líneas queremos dejar constancia de nuestro
profundo agradecimiento por tal acción.
Sepamos que el ideograma chino que representa a una geisha se compone de dos ideogramas básicos que significan "arte" y "persona"; es decir, la geisha viene a ser una mujer que domina el arte. A la vista de la caracterización, no nos cabe la menor duda. ...¡Bueno, bueno, tranquilos!, que también tenemos unas líneas para ellos... Los samuráis eran guerreros de élite (no simples guerreros), guerreros importantes, y de su significación se desprende que su principal misión era servir a su señor. También debemos decir, para conocimiento de los chavalines, que el casco que llevan se llama (en japonés) "kabuto" y la máscara que protege hasta debajo de los ojos recibía el nombre de "hoate".
Desde luego, insistimos, no podemos quejarnos de cómo nos trataron a lo
largo de toda la composición del reportaje, pues todo fueron facilidades en
nuestra labor.
A pesar de nuestra discreta posición buscada afanosamente
para obtener un mejor encuadre, el figurante de azul se percató inmediatamente
de nuestra presencia y nos esbozó la mejor de sus sonrisas.
Una vez más, tal y como venimos
diciendo, en Bonao todo fueron facilidades y ayuda para nuestro entusiasta trabajo.
Una buena, joven y veterana amiga del autor del reportaje posa,
para la típica fotografía de recuerdo, en compañía de uno de sus hermanos junto
a un personaje muy peculiar: Raudy Torres en su caracterización de “Roba la
gallina”.
Desde luego, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que este
hombre, disfrazado –como decimos- de “Robalagallina”, es, sencillamente,
impresionante. Según pudimos saber, Raudy Torres es toda una institución en el
carnaval dominicano. En efecto, desde hace ya muchos años, participa de forma
muy activa en los carnavales hasta tal punto que se podría asegurar que el
carnaval no sería el mismo sin esta entrañable figura. Raudy Torres es un
afamado “chef” y un prestigioso productor de televisión, pero, según él mismo
afirma, le sería muy difícil vivir sin su querido carnaval.
Raudy porta cada
año una vestimenta diferente y siempre de “Robalagallina”. ¿Quién es o qué es
un “robalagallina”? Veamos: en su forma típica es siempre un hombre disfrazado
de mujer con un enorme busto y un trasero “generoso”. La vestimenta suele ser
de una ampulosa imaginación con lo que conlleva de gran despliegue de
vistosidad.
“Ti-ti, manatí
Ton-tón, molondrón,
Roba la gallina, palo con ella”.
En su forma tradicional, el “robalagallina” va por los
colmados y demás establecimientos en pos de golosinas y otras chucherías.
Cuando las recibe, lo tira hacia atrás para que sus pollitos (los niños que le
siguen) recojan, alborozados y jubilosos, los dulces.
Raudy disfruta al máximo conviviendo con el público y con las
comparsas que le rodean y quieren. Ya es parte de su propia vida.
Gracias por tan generosa aportación.
La figura del “robalagallina” tiene un origen africano,
representando la fertilidad de la primavera que ya llega. Este personaje (que
también se encuentra en Cuba, Puerto Rico y Haití) se introdujo en la República
Dominicana a través de la ciudad de La Vega durante la ocupación haitiana,
siendo el general Placide Le Brun gobernador de dicha ciudad [1822-1829].
En este acercamiento a Raudy Torres, podemos ver, en el
brillo, profundidad y vigor de su mirada, toda la alegría y el entusiasmo
puestos en su personaje.
La verdad es que al autor del reportaje le impresionó la
magnificencia de su representación.
Son momentos de descanso, de espera, de nerviosismo… Ya,
desde hace un buen rato, muchos están completamente preparados y aguardan –por supuesto,
en las sombras- que llegue el aviso del comienzo.
Nosotros, en nuestro ambular buscando imágenes inéditas y
singulares, vimos a estos dos participantes con sus pomposos y exornados
disfraces.
Ellos, en su descanso, en cuanto apreciaron que deseábamos
hacer una interesante fotografía, se aprestaron a sonreír y a “posar” para una
mejor composición. Gracias por ello.
Los pocos vehículos que todavía estaban estacionados en la
zona del desfile, servían de improvisados espejos para repasar los últimos detalles.
En este caso, mientras este participante se arreglaba un poco, quisimos hacer
una foto “por sorpresa”; pero él, percatándose de ello, nos dedicó, cómo no, una
sonrisa y un cordial saludo.
Éste es el demonio que ya vimos dos semanas atrás (en la
fotografía en la cual está de espaldas, girando). En esta ocasión, nos llamó y
nos ofreció esta magnífica instantánea. Desde aquí agradecemos su colaboración.
Según pudimos saber, por los comentarios de unos y otros, es
un vecino de Bonao que participaba a título particular. La verdad es que,
viéndole, podemos asegurar que “vivía con pasión” su personaje.
La “maschera nobile” es la máscara tradicional del carnaval
veneciano. Su característica fundamental es su serena belleza y elegancia que
contrasta con la profusión fantasiosa y colorista del resto de las comparsas
dominicanas. Nosotros, en nuestros recorridos en busca del detalle curioso y de
los irrepetibles momentos que la laxitud proporciona, nos encontramos con este
personaje el cual posó amablemente ante nuestra cámara. La verdad es que añadía una importante gota
de serenidad entre tanto bullicio. Su protagonismo quedaba destacado, como
decimos, por el hecho de ser de las poquísimas máscaras de corte veneciano
entre las muchas de terrorífico o jocoso aspecto.
¡Magnífica
figura!
--“Es un mono o gorila. Disfraz hecho con hilo de saco que procede
de Villa Mella, en Santo Domingo Norte”.
Esto fue lo que nos informaron sobre tan singular disfraz. La
verdad sea dicha: tenían muy bien ensayado su personaje pues los movimientos
eran verdaderamente los propios de su especie y las volteretas que daban
también eran espectaculares.
Ciertamente, ya habíamos visto a estos “simios” en
los semáforos cercanos al centro comercial llamado “Megacentro” -en la capital-,
moviéndose entre los “carros”, “jeepetas” (dicho “yipetas”), motores
(motocicletas) y pasolas (ciclomotores) para, con sus contorsiones y “monerías”,
sacar algunas monedas de la generosidad de choferes (conductores) y pasajeros.
¡Bien por ellos!
Todos aguardan el comienzo… Mientras tanto charlan, se
relajan, ríen, descansan, ejercitan…
Aquí vemos a un “lechón” ejercitándose en sus habilidades. (En
posteriores fotografías comentaremos quiénes son los lechones y de dónde
provienen).
El potente restallido del látigo suena como un cañonazo o
como un disparo en la todavía tranquila calle de La Libertad.
Nuevamente la figura inconfundible de Raudy Torres en sus
paseos previos al inminente desfile. Su porte, sus andares, su inmersión en esa
otra personalidad prestada por la indumentaria, manaban de su figura de una
forma natural, armoniosa, rítmica, cadenciosa, equilibrada; pues el verdadero
mérito consistía en ese equilibrio entre la interpretación del personaje y
quien lo representaba.
Sin duda, ¡magnífico!
Otra vez, ahora ya con todo el vestuario encajado, los “macaraos”
de azul aparecen ante nuestro objetivo. La primera ocasión en la que los
descubrimos fue en aquel murete en el cual, con gran fortuna, descansaban las
máscaras; después, en la espera del momento, sentados en una acera al abrigo de
la oportuna sombra, volvimos a verlos y ahora, en plena caracterización,
podemos admirar su muy trabajado porte.
…Porte que ahora podemos apreciar perfectamente en este
detalle de su dorso.
“Yo soy invasor. ¿Y tú?”
Interesante composición cromática. El intenso azul junto al
vivo rojo…
…El frío azul ligado a la inteligencia y a la consciencia;
el frío azul, considerado como un color beneficioso tanto para el cuerpo como
para la mente… Aunque, en este caso, al tratarse de un invasor… no sabemos muy
bien qué pensar…
…Y el cálido rojo ligado a la pasión, a la energía, a la
sensualidad, a la propia sangre; el cálido rojo, considerado como un color muy
intenso a nivel emocional que aumenta el ritmo respiratorio y eleva la presión
sanguínea; el cálido rojo, un color con una visibilidad muy alta por lo que
siempre destacará entre su entorno. Se suele decir que el rojo es el enemigo
natural del azul (Aunque aquí convivan en sana armonía)
No en balde, en la cultura china es el rojo el color de la
buena suerte y la alegría de vivir; mientras que el azul (aunque verdoso) es el
color previo a la primavera.
Precioso contraste.
¡Ya! ¡Ya va a comenzar el tan esperado desfile! ¡Ya los
integrantes de las comparsas se dirigen a sus lugares de ubicación, marcados
éstos por los correspondientes números en el suelo.
El colorido estalla derramando sus tonos sobre todos los
presentes. El fulgor de los reflejos ennoblece las vestiduras. La atmósfera se
carga con connotaciones de oníricas presencias.
¡El carnaval se prepara para su deflagración, para su
estallido cósmico, para su impetuosa e irrefrenable presencia!
¿También alguien proveniente de otra galaxia? Esta especie
de guerrero salido de una película de ciencia-ficción se dirige a su lugar de
espera. Todos van de aquí para allá buscando en el suelo el número que les
indique su posición exacta. El movimiento es imparable. Las caras denotan
ansiedad y premura.
¡Ya llegó!
La comparsa de Aladino (según nos informaron) se dirige con
paso firme a su puesto de salida. Todo es bullicio y apresuramientos. La
megafonía no para de dar instrucciones y la música hace ya tiempo que se ha
adueñado del lugar. Todo el recorrido comienza a flanquearse de espectadores con
caras de impaciencia. Las cámaras fotográficas y los celulares (móviles) ya
están perfectamente preparados. La expectación es máxima. Llegó el día del
desfile final. Llegó el día del desfile a nivel nacional. Bonao es una fiesta.
Bonao es el carnaval en su más íntima esencia. Bonao vibra al son de todas y
cada una de las comparsas participantes.
Las bailarinas, los tambores y trompetas, la algarabía
multitudinaria… Todo es color, sonido, sensaciones, emoción, sentido,
participación, alegría…
Ya están todas las comparsas en sus correspondientes
lugares. Todos aguardan la señal del comienzo oficial. Todos esperan inquietos…
Unos practican sus movimientos al son de las músicas, otros esperan sentados
aguardando la inminente salida... Los de más allá se alinean y conviven con los
espectadores mediante contorsiones e intercambio de simpatías... Todos esperan el
gran momento que, de un instante a otro, habrá de llegar.
¡Comienzan a desfilar!
Poco a poco, las comparsas van
llenándolo todo con su presencia. Una de ellas, la número 21 según su orden de
salida, es la comparsa Margarita que, como ya informamos más arriba, pertenece
a Santo Domingo Norte y más concretamente a Villa Mella. También queremos
recordar que en esta versión, la comparsa lleva el apelativo de “La novia del
carnaval” y que, por cierto, para orgullo, honra y satisfacción inherentes, en
el desfile final celebrado en la capital (Santo Domingo de Guzmán) obtuvo el
primer premio en la categoría “Personaje individual”. Debemos destacar que en
la confección de la indumentaria se emplearon todos los colores excepto el
negro.
¡Enhorabuena por la distinción!
Raudy Torres, al pasar frente a nosotros, nos dedica una de
sus mejores sonrisas. Alguien nos comenta que cada año es una sorpresa su
atavío. “Así, por ejemplo –nos dice- yo sé que el año pasado se lo diseñó un
famoso diseñador internacional y que estaba hecho con tela irlandesa… Este año
no lo he llegado a saber…”
Raudy Torres lleva más de 30 años participando en esta
manifestación de entretenimiento y espontaneidad. Sus trajes, su alegría su
estilo… han llamado la atención desde mucho tiempo atrás. Él mismo ha
participado en representaciones ante George Bush o Bill Clinton así como ante
los presidentes nacionales… Incluso alguna compañía ha escogido su figura para
promocionar su producto en campañas publicitarias.
Su afición por la cocina le ha llevado a tener un programa
culinario en la televisión dominicana, como ya hemos comentado anteriormente. Su afición por su país le llevó a
interpretar este personaje tan peculiar: el "Roba la gallina". Pero ampliemos un poco las peculiaridades de esta singular figura... Pues se dice que esta entrañable presencia del carnaval
dominicano, aunque esencialmente tenga su origen en tierras africanas, arraigó en esta isla desde remotos tiempos cuando a quien se le encontrase
robando gallinas era untado de brea y paseado por el pueblo cubierto de plumas
de dicho animal.
Curioso, a fuer de sinceros.
Despliegue de colores y de reflejos. El sol, en las
postrimerías de la tarde, se asoma a las brillantes superficies y contempla
complacido cada uno de los ángulos existentes en derredor. Esa luz primigenia,
esa luz cegadora, esa luz escurridiza se impregna y desgrana en todas y cada
una de las tonalidades del arco iris. Los movimientos de los participantes
hacen enloquecer unos tonos que estallan en efímeros fogonazos deslumbrantes y
cegadores que siempre serán recordados.
Como casi siempre, alguien de nuestro entorno nos comenta
que los diablos cojuelos son los diablos más feos de todos (nosotros nos
limitamos a escribir lo que nos comentaron). Sin embargo, en sus primitivos orígenes, el
diablo cojuelo se caracteriza por ser un demonio juerguista y de una gran
socarronería... Pero este curioso personaje diablo que tenía “fritos” a todos
los demás diablos y que al final tuvieron que darle una tremenda golpiza o
paliza para que les dejara en paz de una vez por todas, quedó maltrecho como
consecuencia de dicho “castigo” por lo que se le puso el apelativo de “cojuelo”
ya que le dejaron un poco “estropeado”. ( Mas no por cojo es menos ágil y
escurridizo).
Es un personaje que ya aparece en la literatura popular
castellana desde muy lejanos tiempos.
En la actualidad, en los carnavales, es un demonio que
corre de acá para allá “arreando” con sus vejigas y fuetes o látigos a todo aquél que encuentra despistado a su muy veloz paso.
La ciudad de San Cristóbal se encuentra cerca de la capital,
en un valle que marca las últimas estribaciones de la Cordillera Central en
donde tienen su morada los ancestrales dioses.
Según nos informaron, estos personajes son los llamados
“Pintados de Barahona” que, con sus filigranas de pintura acrílica soluble,
pues, al agua, confieren a sus cuerpos un barniz y aspecto casi ancestrales. Podemos ver cómo se contorsionan para regocijo del respetable (es decir, del
público) que en todo momento se hizo partícipe de la atmósfera festiva y
bullanguera existente.
La provincia de Barahona se encuentra en el suroeste de la
República Dominicana aunque por allí se diga que “son del sur”. Su capital
–Santa Cruz de Barahona- así como una amplia faja costera provincial, están
bañadas por el mar Caribe.
Otra imagen de estos interesantes “Pintaos de
Barahona”. Estas líneas y puntos “al azar” se obtienen con una brocha que se
sacude ante ellos echándoles lo que llaman “chispas de pintura”. Manos puestas
sobre su cuerpo para dejar su marca, manchas redondeadas…
Todo un arte.
Faustino, Felipe, Nano, Gato… y otros muchos que participan con entusiasmo y
dedicación.
En algunas ocasiones, se ponen algún aderezo que potencie la
imagen visual de su original figura. No cabe ninguna duda de que el resultado
final es impactante.
Desde el año 1997, gracias a la iniciativa de Francisco
Antonio Suero (Gato), se gestó la idea de este vistoso “atuendo” carnavalesco.
En efecto, desde que en el año 2000 se llevaran el premio a la mejor comparsa
en el desfile nacional de carnaval, no han cesado los reconocimientos hacia ellos.
Es de destacar que en el año 2005, el New York Times
seleccionó como foto del año una instantánea en donde figuraba un “pintao”
Esta especie de antílope de grácil y esbelta figura, adornó
a su paso el asfalto que delicadamente pisaban. En el carnaval de Bonao se
imbrican todos los aspectos posibles de tal manifestación. El resultado es
insuperable.
Impresionante contraste. Por una parte los tonos fucsia,
cuya inspiración original proviene de los sépalos de las flores del arbusto
llamado fucsia, chilco o alijaba -entre otras denominaciones- y que casi es
inseparable del magenta proveniente de la sangre derramada en la famosa batalla
con ese nombre; por otro el soberbio azul de Prusia con retazos intercalados de
impolutos blancos y, por añadidura, la figura delicadamente barbada que nos
ofrece una emotiva sonrisa al descubrir nuestras intenciones fotográficas.
Siempre nuestro agradecimiento.
La imagen, al menos así nos lo parece, es sorprendente.
Los travestis también tienen su lugar en el carnaval de
Bonao y en todos los del país, por supuesto. En estas tres representaciones que
aparecen en esta composición fotográfica, siempre tuvieron a punto una mirada
directa hacia nosotros y una sonrisa que siempre es de agradecer por lo que
tienen de sincera aprobación hacia nuestro trabajo.
Como ya venimos diciendo, gracias por ello.
…¡Y llega el turno de los llamados “lechones”.
¿Quiénes son
estos curiosos y llamativos personajes? Bueno, pues podemos decir que los
llamados “lechones”… Pero será mejor que una reconocida página de Santiago
(nibaje.com) nos lo describa. Así, en un reportaje aparecido en dicha página
allá por el mes de septiembre del 2011 (eso creemos) se dice:
“Según
la historia, los primeros lechones surgieron como guardianes del orden en
viejos carnavales de Santiago. Los mismos iban delante de las comparsas para
abrirle camino entre la multitud y así evitar la indisciplina de la muchachada.
Primero llevaban una varita en la mano, moviéndola constantemente de un lado a
otro; posteriormente cambiaron la varita por un fuete de cabuya. Y por último
por la vejiga de vaca. Tanto los lechones del pueblo arriba, como los del
pueblo abajo, vestían disfraces idénticos (de lanilla de dos o tres colores).
A
veces usaban tacetas brillantes o piel de seda, adornados con espejitos y
lentejuelas. Cuando las comparsas pasaban de un barrio a otro en la mayoría de
veces se originaban peleas entre los lechones que las acompañaban. Entonces, no
podían reconocer las de un mismo bando, y muchas veces por equivocación se
agredían entre ellos mismos. Se hizo necesario que surgieran distintivos entre
los lechones del pueblo arriba conocidos como Pepineros por sus cuernos lisos.
Los Joyeros, del pueblo abajo se distinguen por los chifles de sus caretas con
espinas o puyas”.
En todo momento es muy interesante ahondar en los orígenes de estas comparsas o personajes.
En
la página de Internet que aparece como jmarcano.com, podemos leer lo siguiente
referido a estos interesantes y curiosos personajes carnavalescos:
“En
los inicios, el carnaval se dividía en función de la estratificación social de
las clases sociales existentes en Santiago, con manifestaciones en clubes
privados por parte de los sectores pudientes y en las calles de los barrios
populares, particularmente en La Joya, Los Pepines y, posteriormente, Pueblo Nuevo.
Los
Diablos Cojuelos son llamados, en Santiago, Lechones debido a que las caretas semejan
a un cerdo, con un hocico estilizado que más bien semeja un pico de pato.
También
se les llama Macarao
(como en Salcedo y Bonao) aunque éste es un término más genérico para referirse
a ellos; es la pronunciación vulgar de Enmascarado.
El
traje de los "Lechones" es el típico de los Diablos Cojuelos: un
mameluco de colores vivos, a veces entero, a veces de dos, tres y hasta cuatro
colores, adornado con cascabeles, cintas, gallardetes y espejitos circulares.
Pegado al traje va un capuchón que cubre la parte posterior de la cabeza.
Algunos llevan rabo que puede colgar libremente por detrás o puede enrollarse
en el cuerpo. Estos rabos, generalmente de color entero, contrastan con el
resto del traje. Igualmente puede llevar una capa que cuelga por la espalda
hasta la mitad de la pantorrilla”.
…Pero
sigamos informándonos…
…Continuamos
con la citada página de jmarcano.com, titulada “Las regiones y su carnaval”:
“Anteriormente,
el carnaval de Santiago se celebraba antes del Miércoles de Ceniza pero en la
actualidad ya se celebra los domingos de febrero, independientemente de la
Cuaresma.
Para
el Carnaval, la ciudad observa una división en dos mitades: La Joya, un barrio en la parte baja de la ciudad, más
cercano al río; y Los Pepines, un barrio en la
parte alta. Los trajes que llevan los miembros de estos dos sectores son
idénticos excepto las caretas. Los de Los Pepines le dejaron dos cachos
(cuernos) lisos y los de La Joya los llenaron de pequeños cachitos.
En
años anteriores se escenificaba una batalla simulada con fuetes entre las dos
facciones opuestas, el martes previo al Miércoles de Ceniza. Esta batalla se
hacía siempre frente a la puerta del cementerio, y participaban miembros de los
dos grupos de lechones.
Mientras
recorrían la ciudad, algunos lechones llevaban
fuetes con los que amenazaban a los transeuntes y a otros lechones. Lo más común, sin embargo, es que lleven vejigas
de vaca infladas con los que se golpean unos a otros y a curiosos. A los niños
les encanta este aspecto del ritual y siguen a los lechones
a una distancia conveniente, "insultándolos" con unas rimas
tradicionales”.
Verdaderamente,
la sola inmersión en las peculiaridades de estos carnavales conlleva toda una
fuente de sorpresas.
En
esta ocasión, vamos a transcribir unos comentarios al paso aparecidos en el
rotativo dominicano “Diario Libre”, con fecha 17 de febrero del año 2006.
Veamos lo que dice de los “lechones” y de su ciudad de origen: Santiago. Dice
así:
“Cachos
de tiernas florecitas, de inexpugnables púas...los lechones de Santiago son
unos diablos que meten más alegría que miedo, aunque sus vejigazos marquen los
límites de sus pasos. Descarga de colorido, concierto de cascabeles y deseos de convidar a la alegría
son la mezcla que derrochan los santiagueros que cada año toman el entorno del
Monumento a los Héroes de la Restauración para dar a la hidalga ciudad de los
30 caballeros el ropaje de carnaval. Los lechones llegan de Los Pepines, La
Joya y Pueblo Nuevo, entre otros barrios, para llamar la atención de una
multitud jubilosa que acude complacida a la cita anual que impone febrero. Hay
personajes que son desde siempre parte esencial del desfile más fantasioso: Den
Den, Los Galleros, A que no me quemas el papelón, Los Indios, Los Trasvetis y
Roba la Gallina. Este último tiene en Raudi Féliz, el chef más popular de la
plaza, a su mejor representación. No falta La Muerte y el Baile del Muñeco y
otros personajes que salen de los barrios que circundan la ciudad, donde se
habla y se hace carnaval desde hace más de un siglo. Porque se sabe que cuando
el país era posesión haitiana ya Santiago disfrutaba de las fiestas paganas.
Los lechones y los personajes más pintorescos del carnaval de Santiago desfilan
por la avenida George Washington en el cierre de la fiesta folclórica más
popular de la media isla”.
Por
supuesto, como ya hemos podido comprobar o como ya estamos comprobando, no
solamente podremos ver “lechones” en la ciudad de Santiago de los Caballeros
(por cierto, primera ciudad de América que llevó el nombre del patrón de
España: Santiago apóstol) sino que también podemos admirarlos en Bonao y en
Santo Domingo de Guzmán entre otras ciudades del territorio dominicano.
La
bibliografía y los apuntes sobre los “lechones” son innumerables. Por eso,
siguiendo con nuestro “rastreo” de noticias al respecto, hemos encontrado en
amodominicana.com un trabajo de fecha ocho de febrero del presente año, en el
que se dice:
“En
Santiago, el personaje central son Los Lechones tradicionales como los Pepineros y Joyeros,
enriquecidos con recientes creaciones como los pueblonueveros y de El Egido,
que desde este domingo desfilan por las calles de la ciudad.
Conforme crece la ciudad de Santiago, aumentan sus manifestaciones culturales,
así como la historia que dio pie a Los Lechones, personaje principal de este
carnaval, la cual no sólo se ha modificado en su objetivo, sino que se han
multiplicado los grupos y sectores participantes.
La historia recogida por Don
Tomás Morel, refiere que los primeros lechones surgieron como
guardianes del orden en viejos
Carnavales de Santiago, e iban delante de las comparsas para
abrirle camino entre la multitud y así evitar la indisciplina de la muchachada.
Para Rafael Almánzar, director ejecutivo de Casa de Arte e
investigador folklórico, este es un personaje que surgió en el
siglo XX, y lo relaciona de forma directa con la falta de un acueducto para la
época en la ciudad y esa protesta fue llevada al carnaval.
'A principio del siglo pasado no había acueducto, habían aguateros que
distribuían el agua del Pueblo Arriba (30 de Marzo hacia el Monumento) y Pueblo
Abajo (30 de Marzo, hasta el Río Yaque), ellos se disputaban la zona, esas
pugnas fueron llevadas al carnaval, uno se denominaban los perros y otros los
chivos, los mismos aguateros eran los mismos lechones', reseña”.
La
verdad es que, a poco que se ahonde, surgen historias absolutamente
apasionantes sobre los aspectos más inimaginables que uno pueda suponer.
Pero
sigamos investigando…
…y,
por ello, sigamos atentamente con lo que nos dice D. Rafael Almánzar:
“El
folklorista refiere que tanto los
lechones del Pueblo Arriba, como los del Pueblo Abajo, vestían
disfraces idénticos, de lanilla de dos o tres colores. A estos dos grupos
fundamentales, agrega un tercero (desaparecido), era un grupo intermedio,
el grupo de Los
Macos.
'Cada
grupo tenía su iglesia y su parque, los pleitos iniciaban en el cementerio de
la 30 de Marzo y terminaban en la Cuba. Los maqueros eran de Villa Belén,
sector ubicado detrás del Hospital que se conocía también como El Maco. Este
grupo y su careta desaparecieron del carnaval y hay que rescatarlo y revalorizarlo',
resaltó Almánzar.
Entonces,
no podían reconocer las de un mismo bando y muchas veces por equivocación se
agredían entre ellos mismos. Se hizo necesario que surgieran distintivos entre
los lechones del pueblo arriba conocidos como Pepineros, por sus cuernos lisos
y su pico en forma de pato. Los Joyeros, del pueblo abajo, se distinguen por
los cuernos con ramificaciones de chiflitos de sus caretas, con espinas o puyas
y pico en forma de cerdo. La rivalidad entre bandos de lechones se mantuvo,
según Almánzar, hasta la década de los 70”.
Curioso,
sin duda.
En
un artículo aparecido en el rotativo Listín Diario, podemos leer en
listin.com.do de fecha 6 de febrero del 2009, en un artículo de Grisbel Medina
R., lo que sigue:
“El
lechón es el personaje del carnaval santiaguero. Ese
que vestido de colores, salpicado de cascabeles y
mostacillos, sale a la calle a sonar la multitud con la 'jiel' de vaca inflada y soltar, al mismo tiempo, el foete que impacta y
combina con un bailecito particular.
El
personaje que cada domingo recorre las vías, se corona con las caretas pepineras y joyeras que desde su origen identificaron
el llamado “pueblo arriba” y “pueblo abajo”, o sea, los sectores La Joya y Los
Pepines. La rivalidad entre ambos se acentuó en la década del sesenta y
se mantuvo en los años setenta, recuerda Rolling
Fermín, nacido en Los Pepines y criado en La Joya. El enfrentamiento era tal
que se juntaban en la calle España, a pelearse con navajitas pegadas en los
foetes. La diferencia entre lechonesjoyeros y pepineros radicaba en el estilo de las
caretas”.
Siempre
el detalle curioso.
Mas
sigamos con la continuación del artículo al que hemos hecho referencia en la
fotografía anterior…
"Con
y sin el disfraz"
"En febrero, Roque Nelson Rodríguez es arquitecto hasta el sábado por la mañana.
Hasta ahí es el profesional respetable, sofbolista puntual, ciclista querido y
recordado ex director de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento. Ese día libera
sus poros y empieza junto a su familia un ritual que ama, que le corre en las
venas: lucir el disfraz de lechón que diseña y coronarlo con una careta
pepinera o joyera.
Antes
que todo, usa las licras, para frenar un poco el sudor. El disfraz da mucho
calor y pesa entre 30 y 50 libras. Antes era sencillo, tenía cintas, espejos y
lanilla. Con pastillitas teñían la tela barata para coser luego el uniforme que
daba permiso para 'dar vejigazos a trocha y mocha'. Ahora se utilizan
cascabeles, telas caras y bordados que acentúan el caché.
'A
medida que te pones el disfraz empiezas a sentir la transformación. Yo compro
mi vejiga y me preparo físicamente con buen desayuno, pues no se vuelve a comer
hasta la noche', cuenta Roque Nelson mientras, con ayuda de su hijo, se entalla
la morcilla que le da balance al atuendo. Los sorbos de ron no faltan, creanlo.
Roque
Nelson luce un disfraz distinto anualmente. Le alegra que la competencia actual
sea por el ingenio, por la vistosidad. Ha desfilado en actividades
públicas promovidas por la comunidad dominicana en Nueva York y junto a su
esposa Atenaida Torres, recorre las calles de Santiago cada domingo y se llevan
los primeros lugares en concursos de clubes privados.
En
las botas tiene dos campanitas, así garantiza musicalidad hasta en los pies.
Padre de dos varones y dos hembras, profesionales y respetuosos, Roque lleva
tres décadas disfrazándose. El amor por la tradición y la experiencia lo han
vuelto un experto en los personajes y las piezas del carnaval. Por eso,
declara, que la careta, pesadísima, debe estar balanceada, o sea, los chifles
deben confeccionarse en igual proporción. Con careta del artesano Jesús Jiménez
y traje cosido por Ramón Pichardo (Momón), Roque Nelson Rodríguez, del Grupo de
Lechones de Los Jardines, está listo para emburujarse en el desorden colorido,
libertario y organizado que es el carnaval de Santiago”.
Como
podemos observar, no es nada sencilla la confección de los diferentes disfraces
y en particular éste que estamos analizando: los lechones.
Por
último y para finalizar el extenso estudio y descripción realizado sobre los
lechones participantes en el desfile de Bonao, queremos terminar el magnífico
artículo de Grisbel Medina R. Así pues, lo retomamos en el último punto de la
fotografía anterior…
"¿DIABLO
O LECHÓN?"
"El diablo cojuelo era un personaje importante en el teatro de la Edad Media en
España. Según reseñas históricas, el diablo representaba el mal. La novela “El
diablo cojuelo”, de Luis Vélez de Guevara, da cuenta de que el diablo introdujo
el bullicio, el baile, la alegría. Ya en los corrillos carnavaleros, el
personaje asumió protagonismo como 'un demonio travieso y juguetón que colmó la
paciencia del mismo diablo y éste lo arrojó a la Tierra, lastimándose una
pierna al caer, quedando cojo o ´´cojuelo´´'.
El
diablo apareció en Santo Domingo antes de 1520. Después de la
Independencia, el diablo de los colonos se transformó en “diablo cajuela”,
modificándose su traje y su máscara original en cada pueblo donde hay carnaval.
Así fue denominado de formas distintas, exceptuando a La Vega, Santo Domingo y
San Cristóbal, donde es 'diablo cojuelo'. En Cabral son cachúas; en Santiago,
lechones y en Bonao son macaraos. En Montecristi son toros y en San Francisco de Macorís,
catarrones".
Bien,
creemos que ya es suficiente disertación sobre los lechones por lo que pasamos
a otros aspectos no menos interesantes del ¡Carnaval de Bonao!
La República
Dominicana, como casi diríamos que todos los países, tiene graves problemas
medioambientales que, en unas ocasiones, son producidos por la actividad
industrial, o por actividades ganaderas, agrícolas o por cualesquier otra
manifestación de la actividad humana. La población no es ajena a ello y buena
prueba de lo que decimos lo constituye la férrea defensa del Parque Nacional de
los Haitises que sufrió, no hace mucho, una grave amenaza que se vio truncada
por la decidida postura del pueblo dominicano. Afortunadamente, la presión
ejercida para SALVAR LOS HAITISES tuvo tanta repercusión en el país y en el
extranjero que se consiguió frenar el inminente peligro que lo acechaba.
No
obstante, siempre hay algo por lo que luchar en contra de intereses que, en
principio, no parecen demasiado adecuados para la realidad nacional. (Al menos,
según el criterio de una gran parte de la población).
El
carnaval, como escaparate de las inquietudes del pueblo, no sólo es alegría y
vistosidad; también es un momento adecuado para manifestar a los gobernantes y
a la opinión pública aquellos aspectos que inquietan de una u otra manera.
Por
ello, en esta composición fotográfica, hemos querido mostrar esa inquietud en
dos aspectos significativos y sentidos por la ciudadanía dominicana: por una
parte, la ampliación de las actividades mineras de una importante empresa
multinacional que, al decir de las gentes, arruinaría el curso de varios ríos de
considerable valor para la agricultura y el consumo humano a través de sus acuíferos y el medio ambiente y, por otro, la
aparente amenaza que se cierne sobre la isla Saona (la mayor del país), sobre
la cual se oye que hay conversaciones para cederla a USA y que así pueda instalar
una base militar naval. De hecho, en medios de la prensa nacional, apareció la
noticia (allá, por el 17 de febrero del presente año) de que ya se había dado “el
primer picazo” (algo así como que se ha puesto la primera piedra) de lo que
habrá de ser “una estación naval y un muelle construidos por el Comando Sur de
los Estados Unidos de Norteamérica”. ¡En un parque nacional!...
Dicen que es para controlar mejor las actividades ilícitas... Que cada uno
opine.
No
debemos olvidar que, al igual que ocurría con Los Haitises, la isla Saona
también forma parte, como decimos, de un parque nacional: concretamente, del
Parque Nacional del Este. Su riqueza paisajística viene avalada por sus ricos arrecifes
coralinos, lagunas costeras, su alto porcentaje de especies endémicas de las
cuales hay varias en peligro de extinción... De hecho, se ha calificado esta zona
como una de las más importantes reservas ecológicas del país siendo uno de los puntos más visitados por los turistas.
¡Caramba!
¡Quién lo diría!
¿Qué tal una base militar terrestre de la República Dominicana en un parque nacional norteamericano para ser solidarios con la "colaboración" USA? ¿Qué tal en Yellowstone, por ejemplo? ¿Aceptarían?... Aunque es posible (no afirmamos que sea probable) que no toda la "culpa" sea de USA.
A la
vista de esta fotografía, no podremos negar que la imaginación se encuentra
presente en cada uno de los disfraces, en cada uno de los enmascarados que lo
portan con orgullo e ilusión. Las filigranas estéticas y la conjunción de
colores -ora armónicos, ora pretendidamente disonantes- impactan en el público
y en todo aquel que mira, observa, escudriña y comprende cuánto trabajo se
esconde detrás de cada una de estas composiciones carnavalescas.
…Como,
por ejemplo, en esta composición tan ricamente adornada y trabajada. Observemos
la perfecta conjunción de los rojos con los azules y ambos con el dorado que
los abraza y une. Observemos el detalle en telas, pedrerías y plumajes.
Admiremos la filigrana y la floritura con ensamble primoroso en delicadeza y
exquisitez. El trabajo de orfebrería es magnífico y se aprecia que ha sido
pacientemente elaborado.
En
esta especie de personaje a lo Tim Burton, en una alegoría a la historia de
Lewis Carroll, en una transformación del propio “yo” hacia un mundo de fantasía
como pueda ser ese tan conocido de “Alicia en el País de las Maravillas”,
podemos adentrarnos en la más onírica de las manifestaciones. El detalle,
siempre oportuno, como esa banda multicolor hecha con carretes de hilo, ese
bastón de caramelo o esa “discreta” pajarita.
¿Quién no disfruta la
quimera del carnaval?
Gracias.
No podemos por menos que agradecer la preciosa sonrisa que nos fue dedicada
desde “la carroza real”. Este año fue elegido, como “rey Momo”, el doctor Pedro
Eusebio Romero y Confesor, ilustre jurista; y como reina, la señorita Lisa
Enerys Peña Díaz. Debemos saber que la denominación de "rey Momo" viene de la mitología griega (Momus, en latín) pues, no en balde, era el dios que personificaba la burla, el sarcasmo y la agudeza irónica. Estaba considerado como el dios de los escritores y poetas... Por cierto, los demás dioses del Olimpo, hartos ya de tanta chanza y chirigota, le echaron poco menos que a patadas... ¡Ay, Señor, qué poco sentido del humor tenían aquellos dioses griegos!
Las
grandes carrozas también estaban presentes en el desfile. En este caso, Kola
Real es uno de los patrocinadores conjuntamente con otras empresas que aportan
su ayuda a esta manifestación de júbilo y alegría. Kola Real es una bebida
perteneciente al grupo peruano Ajegroup que la distribuye en países tan
distantes entre sí como puedan ser Perú, Canadá, República Dominicana,
Venezuela, Tailandia, Colombia, Ecuador, Chile, México, Brasil, Nicaragua,
Guatemala, Panamá, Costa Rica… de momento.
Su carroza, dedicada a la ciudad de La Vega, representa un grandioso pavo
real que mueve la cabeza según avanza.
¡Cómo
no! Una nueva sonrisa y un nuevo saludo cordial desde la carroza de Kola Real;
una carroza en la que no faltan las representaciones florales de gran tamaño y
las alusiones, mediante sus plumas, al pavo real.
Es
de notar que estas bellas señoritas llevan unos vestidos que emulan los
diferentes matices del framboyán que no es otra cosa que uno de los árboles más
coloridos del mundo por sus grandes flores rojo-anaranjadas y sus brillantes
hojas verdes. Este árbol es muy común en la República Dominicana aunque su
origen sea la isla de Madagascar en donde está en peligro de extinción.
Siempre,
el detalle curioso.
Entre
el público asistente también hay entusiastas del disfraz y aunque de manera más
discreta, igualmente obtienen resultados sorprendentes. Así, mientras uno de
los espectadores tomaba fotografías de alguna de las comparsas que por allí
pasaba en aquel momento, aprovechamos la ocasión para inmortalizar tal
circunstancia mediante la oportuna toma. No cabe duda de que el resultado
visual es sumamente interesante.
Por
cierto, advertidos de nuestras intenciones, tanto el “enmascarado” como su
amigo –el que aparece a la izquierda- nos llamaron y posaron en otra serie de
fotografías que, gustosos, realizamos.
Gracias desde estas líneas por la
colaboración prestada.
Nuevamente,
la figura del “Robalagallina” que, en este caso, presenta un disfraz por otra
de las ciudades participantes (ya vimos el correspondiente a Santiago, en la
figura de Raudy Torres).
En
la página soyjoyero.net podemos leer lo siguiente en un trabajo publicado el
treinta de septiembre del pasado año:
“La orgullosa matrona de este batallón de
decenas de integrantes es encarnada por Rochi Nelson Pérez, uno de los
Robalagallina "top" del país, un exclusivo círculo que también
integran Raudi Torres, en Santiago; José Datt, en Montecristi y Canillita, en
Santo Domingo, y que antaño encabezó el fenecido Pipí.
A la comparsa que dirige Pérez, la de Los
Robalagallina de Baní, le cabe el mérito de haber convertido lo que otrora
fuera un personaje único que desfilaba con un grupo de "tígueres"
detrás que le vociferaban, en una comparsa compuesta por muchas otras personas
vestidas de igual forma.
Así lo explica Pérez con orgullo, con el
mismo que recalca que su comparsa cumplió 20 años el 19 de diciembre pasado, y
que ha ganado en las categorías de fantasía y temática, en el Desfile Nacional
de Carnaval, así como el Gran Premio, en 2007, otorgado por los organizadores
de ese evento, encabezados por la Secretaría de Estado de Cultura.
Pérez inició la comparsa de manera casi
casual, luego de largos años disfrazándose de Robalagallina solo.
"Comenzamos una vez que a un grupo de Baní y a mí nos invitaron a Azua
para que fuéramos de Robalagallina, pero yo era el único que tenía el disfraz,
así que los demás le pidieron ropa prestada a las mamás y así desfilamos",
recuerda”.
Como de costumbre, es muy interesante poder
conocer sobre los orígenes y manifestaciones actuales de los personajes del
carnaval.
El desfile se iba desarrollando sin prisa
pero sin pausa, como se suele decir. En un momento dado, una de las
participantes, en una de las pausas que propician el descanso y las actividades
paralelas, quedó frente a nosotros en una comparsa compuesta por multitud de hadas
que, con sus reflejos, explosión de colores y gráciles movimientos llamaban la
atención de todos los presentes.
La participante en cuestión se nos quedó
mirando mientras realizábamos nuestro trabajo. Parece que lo pensara un poco
para, en unos instantes de duda, salir de su formación y ponerse frente a
nuestra cámara en aras de conseguir la oportuna fotografía. La verdad es que el
interés mostrado por esta hada quedaba fuera de toda duda.
Desde aquí, una vez
más, agradecemos tan amable predisposición hacia nuestra labor.
En su definición, se entiende por hada a un “ser
fantástico que se representaba bajo la forma de mujer, a quien se atribuía poder
mágico y el don de adivinar el futuro”.
En esta representación, sus alas de mariposa
constituyen un poderoso reclamo visual.
Un caballero… ¿noble?, ¿guerrero?, ¿mago?
Precioso atuendo en donde se conjugan los
blancos con unos “damasquinados” grises…
El blanco, suma y síntesis de todos
los colores; el blanco, quintaesencia de lo absoluto, de la paz, de lo
positivo, de lo infinito… Y el gris como paradigma del centro de todo pues es
el color que se sitúa entre los dos extremos: el blanco y el negro. El color
gris es la fusión de las penas y alegrías y, al mismo tiempo, es el color de la
elegancia y el lujo. El delicado “damasquinado” que aquí vemos simboliza el
esfuerzo por aunar las tendencias implícitas en esos dos colores: el gris y el
blanco. El antiguo oro y plata se transmutan y se imbrican en una sutil
conjunción de evolución cromática.
¡Caramba, qué cambio! Pasamos del blanco y
gris serenos a los bulliciosos naranjas, amarillos, púrpuras, cárdenos… Pasamos
de la serenidad a la inquietud; pasamos de la elegancia a la extravagancia
aunque, eso sí, efectista y oportuna. Todo un trabajo de meritoria labor que es
llevado hacia su destino.
La máscara “terrorífica” nos dirije su aviesa
mirada. No podremos sustraernos a ello.
Otro grupo de danzantes enmascarados se
detiene ante nosotros para mostrarnos lo mejor de sus bailes y pasos. La
sincronización es notable y se nota que han ensayado mucho para poder llegar a
la perfección que manifiestan.
“Los Cueros” es otra de las comparsas
participantes. Parece ser que el origen de la palabra “cueros” proviene de la
época de los taínos cuando intercambiaban cueros por mujeres. Desde entonces
proviene dicha denominación según nos informó otra persona de las allí
presentes.
El desfile va llamando a su fin. Las
comparsas pasan por delante de nosotros y poco a poco se van alejando,
dejándonos con la inquietud de volver más veces a este gran carnaval que constituye la
ciudad de Bonao en estas fechas.
Uno de los componentes de la comparsa mencionada en la fotografía
anterior, advierte nuestro trabajo y se dirige directamente a nuestra cámara
con la sana intención de ser fotografiado. Por supuesto, no desaprovechamos tal circunstancia.
¡Chssssss! ¡Chssssss! Alguien llama nuestra atención y al
volver la mirada nos encontramos con una figura “esquelética” que pide ser fotografiada.
Cuando nos disponemos a realizar la toma, nos vuelve a hacer señas para que esperemos y se prepara
de una manera más espectacular. Mientras, los componentes de la comparsa que le
sigue tienen que detenerse forzosamente y descansar. Aguardamos hasta que
recibimos la inequívoca señal de que ya está preparado y éste es el resultado
final de su disfraz en adecuada postura.
Nuevamente, el agradecimiento más sincero.
Magnífica imagen llena de colorido de otra de las comparsas.
Mientras desfilaban ante nuestra cámara, siempre estábamos al acecho del momento
oportuno, el detalle curioso, la situación inusual. En esta ocasión procedimos
a efectuar la toma fotográfica en el mismo momento en el cual uno de los
componentes nos dirigió su mirada. El resultado es espléndido, dinámico, alegre
y dicharachero.
Nos da la impresión de que sea un ser salido de las
profundidades marinas; un ser que por unos momentos se haya tenido que adaptar
a la vida terrestre pero llevando pegados en su cuerpo multitud de percebes y
otros animalejos… Aunque, en este caso, nos sorprenda la presencia y sonoridad
de sus cencerros que ponían una nota más en la musicalidad del acontecimiento.
Grandes “jeepetas” (todoterrenos) y los llamados “pickups”
(camionetas) acompañan en muchos casos a las comparsas. Las ventanillas, techos
corredizos, caja abierta del vehículo, bridas… sirven de “excelentes” miradores
para los organizadores o personal allegado.
Por supuesto, en muchas ocasiones, estos vehículos son
adornados con material procedente del propio carnaval.
Como decíamos, ya van desfilando los últimos integrantes de
tan magnífica representación. Ya los carros (coches tipo turismo) y todo tipo
de vehículos se mezclan con los últimos personajes que en esta fase suelen ir casi en
solitario entre tanto bullicio.
Un ejemplo más de lo comentado en la fotografía anterior.
Por cierto, esta figura se podía ver representada en carteles y anuncios
relativos.
El cielo, todavía nuboso, comenzaba a retirar su iluminación
y ya las sombras eran menos marcadas para dejar paso al inevitable atardecer.
Sin palabras.
Siempre la fantasía, la imaginación, el deseo de sorprender
y de divertir.
Bonao es único.
Bella composición con estas jóvenes espectadoras que, por
sus camisetas, parece que sean de la propia ciudad, al igual que los jóvenes que
se pueden ver detrás de ellas ataviados con otra camiseta distintiva del
carnaval de Bonao.
…Y aquí finalizamos el recorrido visual de estas magníficas
carnestolendas. Un recorrido que nos ha llevado a conocer un carnaval que aunque no
suene todavía mucho a nivel mundial, habrá de ser muy importante en tiempos no
lejanos. Como muy bien dijo la reina del carnaval de este año, el de Bonao
llegará a ser más importante que el de Brasil y, por qué no, que el de Venecia.
(Bueno, por lo menos, entusiasmo que no falte).
¡Esperamos poder encontrarnos con ustedes algún año en Bonao!
Hasta entonces.
Dado que todavía no hemos hecho ningún vídeo en la República Dominicana acudimos provisionalmente a YouTube para que no quede el reportaje sin, al menos, uno.
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